viernes, 25 de noviembre de 2016

EQUILIBRIO HIDRÁULICO

El equilibrado de los circuitos hidráulicos es un aspecto de importancia fundamental dentro de las instalaciones de calefacción, sobre todo si son de grandes dimensiones. Equilibrar una instalación significa proporcionar a cada terminal el caudal de proyecto dimensionado correctamente, para garantizar el nivel de confort adecuado en el ambiente. Aunque esta práctica sea de importancia primaria en las instalaciones de grandes dimensiones, dicho procedimiento ha sido a menudo despreciado o inutilizado, confiando en el sobredimensionamiento de los circuladores y de la potencia de los terminales alimentados. Sin embargo, la recientes Directivas Europeas, con el objetivo del ahorro energético, inducen a los proyectistas a considerar correctamente el dimensionamiento de los circuladores y de los terminales, para reducir los derroches y los consumos; por tanto, debe prestarse especial atención a los dispositivos de equilibrado, así como al proceso de equilibrado para garantizar que cada punto de consumo cuente con la temperatura y el confort idóneos.
Un circuito bien equilibrado permite contar con el nivel de confort correcto en los ambientes, evita que las bombas trabajen fuera de las condiciones de proyecto y con una baja eficiencia y reduce los problemas relacionados con el ruido debido a las velocidades excesivamente elevadas del fluido termovector.
Por consiguiente, para equilibrar una instalación, es necesario instalar a lo largo de los circuitos unos dispositivos adecuados, que regulen el caudal de fluido introduciendo las oportunas perdidas de carga en cada uno de los ramales, para garantizar el caudal correcto en cada uno de los elementos calefactores.

¿Cuándo está equilibrada, desde el punto de vista hidráulico, una instalación?
Cuando el caudal en cualquier parte de la instalación se corresponde con los caudales definidos en el proyecto.
En la práctica se recomienda que el equilibrado se realice mediante una serie de válvulas de equilibrado que permitan su ajuste manual. En función de las características de la instalación, estas válvulas se encargarán de originar las pérdidas de carga adecuadas para garantizar una correcta distribución del fluido caloportador en toda la instalación. 

La figura 1.1 muestra un esquema de un anillo equilibrado perteneciente a una instalación de distribución. La instalación estará equilibrada cuando las válvulas de equilibrado hayan sido ajustadas de tal forma que el caudal en las unidades terminales, líneas de distribución y primario sea el especificado en proyecto.

La necesidad de realizar un equilibrado hidráulico
Si la instalación no está equilibrada, el fluido caloportador tenderá a discurrir por los tramos que menor pérdida de carga presenten, con lo que en algunas unidades terminales se producirá una sobrealimentación mientras que otras padecerán un déficit de caudal. Como consecuencia la calefacción / refrigeración de las distintas áreas de la instalación no será la proyectada.
Aunque desde el punto de vista teórico es posible equilibrar una instalación mediante la utilización de diferentes secciones de tubería a lo largo de la instalación, esto no es viable en la práctica.
De hecho es frecuente que las pérdidas de carga estimadas en el proyecto sean superiores a las reales una vez ejecutada la instalación. Como consecuencia el punto real de trabajo de la bomba se sitúa en zonas de menor rendimiento e incluso fuera de su curva de trabajo y en ocasiones es necesario cambiar el motor de la bomba o incluso la bomba completa. Las válvulas de equilibrado eliminan este problema ya que introducen en la instalación las pérdidas de carga adicionales necesarias. Tal y como se muestra en la fig. 1.1, solamente el ajuste correcto de las válvulas de equilibrado garantiza que en todas y cada una de las distintas zonas de la instalación se disponga del caudal de proyecto.

El resultado del equilibrado
 Una instalación bien equilibrada ofrece las siguientes ventajas:
·         Caudal correcto en calderas y enfriadoras.
·         Correcta distribución del fluido en la instalación y eficacia de la misma.
·         Compatibilidad total entre los caudales en el primario y los secundarios.
Como consecuencia se obtienen los siguientes beneficios:
·         La temperatura ambiente requerida se mantiene dentro del rango establecido.
·         Ahorro de energía.
·         Consecución del grado de climatización perseguido

¿Dónde se precisan válvulas de equilibrado?
 Las figuras 1.6 y 1.7 muestran una sección de la misma instalación. La figura 1.6 representa el equilibrado estático de esa sección y la 1.7 el equilibrado dinámico. La sección en cuestión consta de un circuito de impulsión que alimenta a 3 circuitos principales de distribución que a su vez alimentan a 3 circuitos secundarios de distribución, cada uno de los cuales dispone de 3 unidades terminales; en total 27 unidades terminales. 
  En el caso de equilibrado estático hay que equilibrar en primer lugar las 27 unidades terminales. A continuación hay que equilibrar las 9 válvulas correspondientes a los circuitos secundarios de distribución. Continuando con el proceso hay que equilibrar los 3 circuitos principales de distribución. Por último hay que ajustar el caudal en el circuito primario de impulsión para garantizar el caudal de proyecto.
Este sistema requiere una válvula de equilibrado por cada unidad terminal, otra válvula más en cada circuito secundario de distribución, otra más en cada circuito principal de distribución y por último una más para el circuito primario de impulsión.
En el caso de equilibrado dinámico cada unidad terminal se equilibra independientemente del resto, por tanto solamente se precisa una válvula de equilibrado por cada unidad terminal.

Argumentos para emplear el equilibrado dinámico en lugar del equilibrado estático
El ajuste de un sistema de equilibrado dinámico es más sencillo y rápido. El ajuste previo de las válvulas de equilibrado en función de los caudales de proyecto es todo lo que se precisa. No es necesario realizar ninguna medida de los caudales en las válvulas de equilibrado.
Una vez que las características de la instalación han sido establecidas, el único factor no definido es la posible variación del caudal real respecto al caudal de proyecto. Cuando se emplean válvulas de equilibrado dinámico desaparecen las incertidumbres referidas a la distribución de presiones en la instalación y en consecuencia a los kv calculados para las válvulas de equilibrado.
Solamente se precisan válvulas de equilibrado en las unidades terminales, no siendo necesaria su instalación en los circuitos primarios y secundarios de distribución ni en el circuito primario de impulsión.
Las unidades terminales quedan exentas de verse sometidas a caudales superiores al de proyecto sin que les afecten hipotéticas variaciones en la distribución de cargas en la instalación o incluso la modificación de la carga total. Sin embargo en una instalación equilibrada estáticamente es posible que, en determinadas circunstancias, aparezcan sobrecaudales en las unidades terminales que pueden llegar a alcanzar hasta el 300% - 400% del caudal de proyecto.
 El caudal nominal puede cambiar en uno o más ramales de la instalación sin que sea preciso realizar un nuevo ajuste de las válvulas de equilibrado. En una instalación equilibrada estáticamente, si después de haber ejecutado la instalación se detecta algún error en relación a los datos de proyecto, solamente es posible volver a equilibrarla si se realiza nuevamente el equilibrado total de la instalación.
El equilibrado dinámico es más completo que el estático ya que el grado de precisión del caudal es de +/- 5%.
Una instalación equilibrada dinámicamente puede ser modificada, ampliada o renovada sin que sea necesario realizar ninguna modificación en la parte de la instalación que permanezca en su estado inicial. Sin embargo en el caso de que la instalación esté equilibrada estáticamente lo anterior implica un cambio total en el diseño de la instalación.
De lo anterior se desprende que las principales ventajas del equilibrado dinámico son las siguientes:
·         Un ajuste más rápido y sencillo.
·         Independencia de errores o incertidumbres en el cálculo de la distribución de presiones en la instalación.
·         Necesidad de un menor número de válvulas de equilibrado.
·         Garantía de que las unidades terminales no estarán sometidas a caudales superiores a los de proyecto.
·         Gran sencillez en el caso de que sea necesario realizar un reajuste de las válvulas.
·         Mayor eficacia.
·         Gran flexibilidad ante modificaciones posteriores en la instalación.
Como consecuencia de todo ello se obtienen los siguientes beneficios:
·         Instalación más económica.
·         Mayor confort.
·         Gran flexibilidad.
·         Ahorro energético.
·         Menores costes de mantenimiento y explotación.

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