
No obstante,
un buen sistema de calefacción no debe limitarse solamente a calentar, sino el de crear un clima de bienestar, de confort
térmico para las personas, establecer un equilibrio térmico entre el cuerpo y
el ambiente que lo rodea para así obtener el máximo bienestar fisiológico-térmico.
Un individuo consigue el estado de confort cuando no expresa ninguna sensación de
frío ni calor.

Posiblemente, la
mejor característica de este sistema de calefacción deriva de la temperatura
moderada que ofrece y controla, ya que una persona sometida a la acción de este
tipo de calefacción no llega a sentir ni frío ni calor.
Con este
sistema no se impide al cuerpo eliminar el calor sobrante, sino que dichas pérdidas
son moderadas consiguiéndose que el cuerpo encuentre un equilibrio térmico fácil
de mantener por su propio sistema autorregulador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario